Entrevista II – 100 años de Oropal

TÉCNICOS DE I+D
PABLO VILLAR Y MIKEL LARRAÑAGA
Continuamos con nuestra serie de entrevistas a trabajadores, proveedores y clientes de Irurena Group para conmemorar los 100 años de OROPAL. En esta ocasión, es el turno de Pablo Villar y Mikel Larrañaga, técnicos de I+D.

Con ellos dos abordamos la evolución de la marca desde el punto de vista de la producción y las materias primas. Nos explican cómo “la fabricación de pinturas ha dejado de ser un proceso en el que se producía a golpe de improvisación para convertirse en una ciencia controlada y exacta”.

Y es que las fórmulas actuales son mucho más complejas. Combinan resinas, disolventes y están repletas de aditivos para ayudar en la producción y evitar defectos. Esta complejidad en su elaboración permite minimizar riesgos para los usuarios, pero, sobre todo, reducir el impacto ambiental. No en vano, OROPAL destaca entre las marcas con más productos en el mercado con sello Ecolabel, una etiqueta internacional que acredita las máximas prestaciones y el desarrollo sostenible.

Pablo y Mikel miran al futuro con el reto autoimpuesto de ser capaces de dejar para los que vengan una empresa un poco mejor, perfectamente adaptada a los tiempos y con toda la solidez posible para llegar a cumplir, como poco, otros 100 años más.

 

¿Cómo ha evolucionado OROPAL desde sus orígenes hasta hoy?
Pablo: En primer lugar, la fabricación de pinturas ha pasado de ser un proceso de elaboración prácticamente artesano, que se realizaba en una pequeña bajera, a un sistema de producción mucho más automatizado y de altas capacidades productivas que se lleva a cabo en naves industriales expresamente preparadas para este fin.

Las materias primas también han evolucionado desde aquellos primeros aceites y resinas naturales a las actuales resinas, de las que se dispone una amplia variedad con propiedades prácticamente exclusivas para cada uso.

Por resumirlo de alguna manera, diría que en todos estos años la fabricación de pinturas ha dejado de ser un proceso en el que se producía a golpe de improvisación para convertirse en una ciencia controlada y exacta.

Mikel: Para poder alcanzar los 100 años dentro de un sector tan competitivo como éste no queda más remedio que ser capaz de evolucionar al ritmo que lo hace la sociedad, adaptándose a los cambios tecnológicos, científicos, culturales y normativos. Y siendo capaz en todo momento de aportar soluciones satisfactorias a las demandas que exige cada época.

No hay más que pensar cómo era el mundo hace 100 años: los polímeros, que hoy en día son la base de las pinturas, estaban en una fase totalmente incipiente, apenas se conocían y, por tanto, no estaban disponibles como materias primas; las técnicas de fabricación eran completamente diferentes; la conciencia social en materia medioambiental era prácticamente inexistente…
Hoy en día, si bien es posible generar resinas y aditivos prácticamente a la carta gracias al desarrollo científico producido durante el siglo XX, las exigencias son mucho mayores. Las sustancias están mucho más reguladas, de manera que, si bien el abanico de posibilidades de aportar soluciones especializadas ha aumentado, también lo han hecho los retos de formulación.

En definitiva, los tiempos han cambiado mucho en estos 100 años y en todo momento OROPAL ha sabido adaptarse a esos cambios, incorporando los materiales, tecnología y conocimiento necesarios para ofertar los productos que la sociedad demandaba.

¿Cuál es la innovación que introdujo OROPAL en el mercado de pinturas?
P: Creo que la versatilidad, flexibilidad y rapidez de respuesta que ofrece una marca como OROPAL son la clave para mantenerse tantos años en el mercado.

M: En todo momento, OROPAL ha estado atenta a los desarrollos tecnológicos, a las nuevas materias primas… de manera que siempre ha estado a la vanguardia. Lo que no deja de ser una de las claves para poder mantenerse 100 años en activo en un sector como éste.

¿Qué prestaciones tenían las pinturas OROPAL y cuáles tienen ahora?
P: Afortunadamente, a pesar de las canas, todavía soy joven para acordarme de las pinturas que se hacían hace 80 años. Recuerdo haber visto en su día una libreta de tapas negras que contenía fórmulas de la década de los años 40, hoy en día la definiríamos como el ‘know how’ de OROPAL de aquella época.

En la gran mayoría de estas fórmulas, básicamente, se combinaban los mismos tres componentes en mayor o menor medida: aceite de linaza o standoil, óxido de zinc (Litopon) y aguarrás. En menor medida aparecían el dióxido de titanio y también verdes de cromo u óxidos de mercurio. Cada fórmula tenía 5 componentes a lo sumo.

Ahora las fórmulas son mucho más complejas. Combinan resinas, disolventes y están repletas de aditivos para ayudar en la producción y evitar defectos. Esto permite satisfacer las demandas de un sector cada vez más exigente en lo que a prestaciones y riesgos de las pinturas se refiere. Ahora las durezas, brillos y resistencias de las pinturas no se suponen, deben estar basadas en normas internacionales y certificadas por centros tecnológicos homologados.

M: Está claro que las materias primas y la forma de producción condicionaban enormemente el tipo de productos que se podían desarrollar en los inicios de OROPAL. Se trataba de productos mucho más contaminantes y sencillos, con prestaciones más limitadas, y orientados a un mercado más local ya que su estabilidad también sería peor.

Hoy en día, en cambio, OROPAL cuenta con productos de vanguardia, con prestaciones adaptadas a los usos, certificadas mediante ensayos realizados por terceros, con gran variedad de productos sostenibles que ofrecen las mismas o mejores prestaciones con menor consumo de producto. Como resultado, son productos que prolongan la vida de los materiales que protegen y reducen sus impactos ambientales.

¿Qué supone para ti trabajar en una marca con 100 años de historia?
P: De alguna manera, es un orgullo y una responsabilidad al mismo tiempo. Quiero creer que si la empresa sigue viva después de 100 años es porque las cosas se han hecho bien y a nosotros nos toca seguir haciéndolas bien. La empresa ha superado una guerra, la postguerra, varias crisis y espero que si no otros cien años, que es mucho decir, aguante al menos hasta mi jubilación.

M: En lo personal, sí que sientes la responsabilidad de poner en valor todo ese trabajo desarrollado a lo largo de tantos años por tanta gente y ser capaz de darle continuidad. En ese sentido, y mirando al futuro, aparece ante nosotros un reto muy motivante para ser capaces de dejar para los que vengan una empresa un poco mejor, perfectamente adaptada a los tiempos y con toda la solidez posible para llegar a cumplir, como poco, otros 100 años más.

 

¿Qué supuso que Irurena Group continuara con la comercialización de OROPAL, que se hiciera cargo de la marca?
P: Creo que Irurena Group se ha volcado con la marca OROPAL desde su adquisición en 2015 y le ha dado un aire más dinámico y moderno. En aquel momento, PINTURAS OROPAL era una empresa familiar sin relevo generacional dirigida por un gerente y un director comercial a punto de jubilarse.

Desde mi punto de vista, la compra tuvo el mismo efecto que la descarga de un desfibrilador en una persona a la que le fallan las constantes vitales. Toda esta inyección de energía consiguió, no sin mucho trabajo y esfuerzo por parte de todos, revertir la tendencia a la baja que arrastraba la empresa desde la crisis del 2008 y hacerla remontar contagiándole el espíritu de una empresa más joven.

M: La incorporación a Irurena Group aportó la solidez de su estructura, las sinergias tanto en conocimiento como materias primas que permitieron desde un primer momento optimizar fórmulas y facilitar la adaptación que este tipo de fusiones genera.

Así han surgido múltiples estrategias y proyectos como desarrollo de nuevos productos, nuevos diseños y catálogos, reformulaciones de productos optimizando la gestión de materias primas, certificaciones de productos, colaboración con centros tecnológicos…

En definitiva, Irurena Group dinamizó la marca para ser capaces de mejorar la respuesta a las demandas del cliente, manteniéndonos en esa vanguardia dentro del sector y orientándonos cada vez más hacia un futuro más sostenible.